¿Alguna vez viste un programa, un dibujo animado, jugaste a un videojuego, viste alguna foto, pasaste por algún lugar o sentiste un aroma que te trajo recuerdos? ¿Recuerdos muy fuertes, que no logras saber con exactitud si te hacen feliz o triste? Si, ¿no? Bienvenidos a la nostalgia.

Muchas personas viven atrapadas en la nostalgia y algunos no pueden (o no quieren) salir de ella. Es que la nostalgia en pequeña o gran medida a todos nos llega. Y si debemos hacerla a un lado o tratar de mantenerla viva dependerá del efecto que nos genere en nosotros.

El paso del tiempo, son los encargados de llevar a cabo un proceso de mezclar todos aquellos recuerdos, y emociones y mezclaros para producir esa emoción.

Quiero mostrarles un ejemplo de algo nostálgico: un videojuego que jugamos durante nuestra infancia.

Supongamos que cuando éramos niños jugábamos a un cierto juego, nuestra vida tenía un cierto contexto, lleno de cosas: nuestra familia compuesta por tales personas, vivíamos un cierto hogar (el cual a su vez se caracterizaba por sus pequeñas cosas), pertenecíamos a cierto colegio, era una época del año determinada, el país era diferente, etc. En ese tiempo, me la pasaba jugando a ese juego, y tanto esas imágenes como la música de ese juego, estaba sumamente viva en mi mente. Ese juego estaba vivo en nuestras mentes como un recuerdo vivo pero “real y presente” mientras no lo jugamos, pero claramente diferenciado con el resto de la vida presente.

El tiempo comienza a pasar y  ese juego dejamos de jugarlo. Comienzan a pasar cosas en nuestra vida, y a sucedernos millones de cosas que hacen que olvide por completo de aquel juego. Y aquel contexto, lógicamente, cambia.

10 años después, las circunstancias nos cruzan ese juego nuevamente en nuestras vidas. Tal vez porque nosotros aun lo conservábamos  o tal vez porque alguien vino y se puso a jugarlos, o lo vimos en alguna revista o programa, o simplemente ese juego vino solo a nuestras mentes como un recuerdo. ¿Qué nos sucede? Surgen sentimientos encontrados. Y junto con el recuerdo de ese juego vienen pegados con él todos aquellos recuerdos de todas aquellas cosas que nos rodeaban en aquel momento. Es ahí entonces cuando recibimos esa extra dosis intensa de pensamientos y recuerdos que nos producen una sensación rara e intensa: la nostalgia.


Ya no es el recuerdo de un recuerdo. Los recuerdos del juego, de la infancia y de aquel contexto se mezclan y forman un solo recuerdo. Como que en aquella infancia “pertenecíamos” al juego.

Para muchas personas es algo linda o feo independientemente si esos recuerdos son buenos o malos. Porque muchas veces, aunque los recuerdos sean lindos, el solo hecho de pensar en el paso del tiempo nos puede lastimar y nos hace sentir mal saber que ha pasado mucho tiempo.

Mas allá de ello, la nostalgia es un sentimiento que todos en algún momento sentimos. Muchos viven con ellos porque los buscan continuamente, tal vez porque los hacen feliz. Otros los esquivan, porque no los hace feliz o simplemente porque no les importa. Lo cierto es que los recuerdos siempre permanecen en el fondo de nuestro ser, y muchas veces regresan para hacernos sentir bien o mal. Dependerá de nosotros manipular las emociones que puedan generarnos.

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