Para comenzar, quiero definir el término Karma y para ello voy a utilizar la definición de SWAMI VIVEKANANDA: “El karma es la afirmación eterna del libre albedrío… Nuestros pensamientos, nuestras palabras y nuestros actos son los hilos de la red que tendemos a nuestro alrededor.”
DEEPAK CHOPRA, en su libro “Las 7 Leyes Espirituales del Éxito” afirma que el karma no es algo desconocido en el mundo, aunque aquí en occidente se lo conoce más por la frase “cosecharás tu siembra”.
Para este autor, el Karma es una de esas 7 leyes que menciona en este libro explicando que “Cada acción genera una fuerza de energía que regresa a nosotros de igual manera…
Cosechamos lo que sembramos.
Y cuando optamos por acciones que les producen alegría y éxito a los demás, el fruto de nuestro karma es también alegría y éxito.”
Esas definiciones son más que claras para explicar lo que Karma significa.
CHOPRA habla en su libro del Karma haciendo referencia a las múltiples opciones que a diario se nos presentan, pero yo quiero explicarlo desde otro punto de vista. Viéndolo como algo con lo que vivimos a diario y de él derivan nuestras alegrías y tristezas.
A decir verdad, lo considero como algo que está frente a nuestros ojos, pero que a veces nos cuesta ver. Aunque si pensáramos con sentido común lo descubriríamos. Pero sucede que muchas veces el sentido común es el menos común de los sentidos.
Si pensamos desde el lado más simple, sabemos que si trabajamos ganamos dinero, y posteriormente lo gastamos en satisfacer nuestras necesidades. Es decir: nos esforzamos… y obtenemos un beneficio.
En todos los aspectos sucede lo mismo: si estudiamos, aprobamos; Si cuidamos la salud, nos sentimos bien; si entrenamos, progresamos; y lo mismo sucede siempre.
Claro que a veces parece que esa ley no se cumpliera, pero de alguna manera que no vemos, lo hace.
Es común ver esto en casos cotidianos como los que mencioné, pero el karma más interesante, es aquel que ocurre en hechos extraordinarios. En situaciones que ocurren muy cada tanto, pero que nos dejan el recuerdo. Situaciones que no entendemos el por qué… hasta que lo analizamos. Un ejemplo de esto, puede ser cuando (de corazón) hacemos un donativo y sin que entendamos el motivo, tal vez alguien nos regale algo que queremos mucho y nos trae una inmensa alegría.
Ese es un ejemplo de algo que “puede suceder”, pero no ocurre siempre de la misma manera.
Claro está que ese ejemplo puede suceder si, como aclaré, se hiciera de corazón. Porque si algo se hace con la intención de recibir algo a cambio, no solo no se recibirá nada, sino todo lo contrario. En este caso, el Karma se nos viene encima y nos producirá una pérdida. Entonces ahí es donde muchas personas se equivocan, piensan que la vida es injusta y dejan de hacer buenas acciones.
Cuando uno aprende a convivir con el Karma, se siente tranquilo y sabe que a cada paso debe poner empeño si es que luego quiere disfrutar de los beneficios. Sabe que si hace bien, recibe bien. Está todo el tiempo, tratando de ser cada día mejor.
¿DOBLE?
El hecho de que todo se ve sometido bajo el poder del karma tanto en una fuerza universal como en otra (Yin y Yang, ejemplificados en la película como un guerrero y el otro), fue lo que nos llevo a titular nuestra película de esa manera y, demás está decir que el karma puede verse claramente en el guión en varias oportunidades, aunque no siempre de manera directa. En más de una oportunidad aparece de forma implícita.